Si llegado el momento
decidieras marcharte, alejarte
del espacio común
que compartimos, o si
acaso prefirieras el cobijo
de otros labios que digan
tu nombre, desligados del hastío,
del tedio y la costumbre;
si quisieras huir,
escapar de los ritos cotidianos,
mi voz enmudecida
sería como el viento, ceñiría
tu cintura de acrósticos
besos, sería música,
el acorde que anida en el recuerdo.
Acorde de un allegro, ma non troppo.
Sólo por ti, en silencio.
Qué hermoso, Paco. Me ha estremecido. Gracias.
ResponderEliminarEs un honor recibir este halago de una amiga como tú, con tan buen criterio literario. Te lo agradezco de corazón y con humildad.
ResponderEliminarBellamente crepuscular. Bueno, es que no tengo palabras, sólo me ha quedado un acorde silencioso.
ResponderEliminarSiempre tan aguda en tus comentarios, querida Biblos. Enjoy the silence para hacer el acorde a tu medida.
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