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martes, 26 de mayo de 2015

Renacimiento.


Sólo quiero vivir en paz,
renovar mi cuerpo desde el dolor causado,
desde el perdón que pido a voz en grito,
abrir mi casa de par en par
a la vida que resta por vivir
como un don que no merezco.

Y si he de vivir en este absurdo
con nuevo afán
para afrontar cada proyecto,
que no sea en vano,
que quienes me rodeen cada momento
crean que mi voluntad es sincera,
que está cargada de sentido
aunque haya de vivir en este absurdo.

Yo quiero redimir mi culpa
sin echar la vista atrás, quizá lo justo
y necesario, y arder en el fuego eterno
si es preciso, y ahogarme en el agua
de mi nuevo bautismo,
que anegue mis pulmones
y revienten cuando ya no puedan contener
su transparencia. Y cuando se renueve
mi alma desde el cimiento de las cicatrices,
quiero ascender desde el infierno
hasta las cumbres del paraíso
a esperar que llegue la hora,
a corazón abierto,
sin otro techo que el cielo de tus ojos.



sábado, 9 de mayo de 2015

Invocación.

Sobre esta playa, bella Doris, sobre la arena que templa
el sol del mediodía, al pie de tus aguas bautismales,
yo te invoco, diosa de la mar mediterránea,
para que emerjas desde tu abisal descanso
a socorrer a este proceloso marinero
en busca de su Argos.

Yo te conjuro, hermosa oceánide
de melodioso canto, a recibir
mi ofrenda al cobijo de los acantilados,
a beber melifluo néctar
y blanco jugo de mis manos.
Surca el mar coronada de corales rojos, acude rápido,
deslízate a través de las corrientes
cubierta con la túnica iridiscente
y atiende mi llamada.